
Esta vivienda construida en un barrio cerrado en un lote de 600 m2 , tuvo como requerimiento inicial, el factor ocupación del suelo, debido a lo cual se considero su realización en dos plantas.
La idea rectora del proyecto fue enfatizar la relación interior-exterior, integrando visualmente el retiro de verde del frente con el jardín del fondo donde se encuentra la piscina.

Esto se logro utilizando ventanales muy amplios que recorren todos los laterales de la vivienda en planta baja.
El estar se desarrolla en doble altura y al frente sus aberturas cubren esa dimensión hasta losa, generando visuales importantes a todo el exterior, y la planta alta balconea sobre el mismo, desde un espacio de transición, utilizado como estar-estudio de la planta alta.
Desde el ingreso a la vivienda se trato de acentuar esta relación, utilizando un paño fijo vidriado al lateral de la gran puerta pivotante, como así también en el desarrollo frontal de la escalera con tres bandas verticales de vidrio entre dos muros que contienen un cantero con un importante arbusto natural.
Otra premisa de diseño fue utilizar todos los ambiente públicos de planta baja como estar-comedor-cocina, integrados, sin limites físicos, comunicandolos visualmente ademas con la galería parrilla y el estudio de planta alta.
La piedra es la protagonista de la casa que se utilizó tanto en el interior de varios ambientes estar, dormitorios, baños como así también en el exterior para lograr un mismo lenguaje y calidez buscado. La madera es otro material natural que se utilizó en todas las puertas interiores y exteriores aportando junto a la piedra el detalle natural requerido.


Se unificó toda la casa con el mismo piso, totalmente neutro para que todos los detalles de decoración se destacaran.
La única parte privada de la casa son los dormitorios ubicados en planta alta, con ventanas hacia el jardín privado.